Cadete masculino rojo. Fin de temporada.

Se acaba una temporada con un aprendizaje humano que no
podía siquiera imaginar. 
Ahora sabemos que cada uno siempre tiene algo que aportar al
equipo y siempre puede aportar un poco más. 
Que cada uno somos diferente de los demás pero que el
trabajo, si se hace en equipo, es muchísimo más divertido. 
Que todos pasamos un tiempo en el banquillo, y que ese
tiempo lo puedes jugar tanto como si estuvieras en la pista animando a tus
compañeros. 
Que en el basket como en la vida, vas a fallar más de las
que vas a acertar y por eso no puedes dejar de intentarlo.
¡Gracias por eso!
Acabar dando también las gracias a madres y padres por haber
estado ahí en todos y cada uno de los momentos ya fuera animando, yendo a por
el agua que se había olvidado algún hijo, levantándose un sábado de invierno a
las siete de la mañana para llevar al niño a jugar, ayudando en la mesa con
frío/sol y muy especialmente al veros consolar a vuestros hijos camino de vuelta
al coche cuando el partido no había salido como se esperaba. Un equipo es,
precisamente, eso. 
¡Gracias!

Entradas relacionadas