Partido contra rival directo, donde la mala suerte por las lesiones, viajes y enfermedades, hizo que fuéranos a jugar con 8 jugadores contra un equipo muy completo.
Mientras nos aguantaron las fuerzas plantamos cara llegando a ganar un cuarto. Al último llegamos ya sin fuerzas, perdiendo balones fáciles y no encontrando acciones claras de ataque.
Pese a todo supimos sobrellevar las dificultades una a una, no precipitándonos y cumpliendo cada uno con su papel en pista. No le perdimos la cara al partido en ningún momento aunque el resultado final no lo demuestra.
No podemos confiar siempre en la suerte y tenemos que volver al ritmo de entrenamientos y de trabajo de antes del año.
¡A seguir trabajando!