Tavernes Blanques 61- Nou Basquet Alboraya 52.
Primera derrota de la temporada, derrota justa, ya que no hicimos uno de nuestros mejores partidos. Durante la semana los chicos han estado inmersos en algo que hasta ahora no habían vivido, y que ellos mismos, el entorno, las circunstancias han generado. Como entrenador no había nada que cambiar, seguir con lo planificado al inicio del año, una semana más.
El rival se encontraba, en la misma situación que nosotros, imbatido, y ello ha calado en los chicos, que ya desde el primer entrenamiento de la semana iban hablando de ello. Desde esa detección se les ha dicho lo mismo, no es lo más importante la propia clasificación, sino el camino trazado, lo aprendido y si somos fieles a ello en la pista.
Los jugadores se han dividido en tres bloques claramente diferenciados, unos los sobreexcitados, los que estaban un punto demasiado motivados y que les ha llevado a tomar decisiones erróneas, otro grupo son los que los nervios han hecho que estuviesen paralizados, dándose información negativa durante todo el partido, «no puedo hacerlo, es muy difícil, no lo vamos a conseguir«. El último de los grupos menor en número , han sido aquellos que han aceptado la situación, la dificultad que entrañaba, y han intentado jugar de la misma forma que entrenan, hecho este desde luego para sus edades, muy complicado.
Pienso que en cualquier competición, en cualquier momento dentro de un partido, debe haber una fase en la que la dificultad sea alta, esa exposición a ello, hará que en el futuro estén más acostumbrados a estos momentos.
No es formativo ganar siempre, el deporte muestra cómo la vida, diferentes caras y todas debemos valorarlas y estar preparados, para dar lo mejor de nosotros. El sábado pues, aprendimos una buena lección y espero que para formar su proceso madurativo dentro del baloncesto, no sea la última. Solo queda seguir trabajando y aprender para mejorar. Ánimo.